Ciencia y Sociedad

Thursday, July 10, 2008

LA DEUDA DE LOS EUA CON MEXICO Y LA...

VISITA DE HUMBOLDT EN 1803…

Pasó la época en que la ruta México-Veracruz se conoció como “El Camino de Europa” y la de México-Acapulco como “El Camino de Asia” y la región acapulqueña entró en una especie de letargo. Cuatro sucesos interrumpirían la siesta: la visita de Alejandro Humboldt muy al principio del siglo XIX, la rebelión independista por “tierra caliente” (Morelos), el tránsito por el sur de buscadores de oro yanquis (1848) y el plan de FFCC de Díaz al final del siglo. Revisaremos aquí la visita de Humboldt a Nueva España-México y sus consecuencias.
Dice De Alba en su “Introducción” a las “Tablas Geográfico Políticas” que, escritas por Humboldt, reeditó la UNAM hace poco (1): “Procedente de Guayaquil, Ecuador, Humboldt (acompañado de Bonpland y Montúfar) desembarcó en Acapulco el 23 de marzo de 1803. Permaneció ahí…haciendo mediciones y excursiones, hasta el 27 de mismo mes, cuando emprendió la marcha, que duraría casi de dos semanas, hacia la Cd. de México. Durante el recorrido dibuja la carta-itinerario de Acapulco a México; el 5 de abril llega a Taxco y visita su famosa mina de plata…Llega después a establecer relaciones con el mundo científico novohispano y visita diversas instituciones de la capital…hace amistad con intelectuales mexicanos…y ayudado por los alumnos mas destacados del Colegio de Minería, avanza en sus cálculos e investigaciones sobre México”... Mide, cuestiona, indaga, dibuja mapas, planos, anota y registra; hasta se da tiempo para flirtear con la mujer mas bella en esa época –la Güera Rodríguez (2)- y ser examinador de alumnos…Federico-Guillermo-Enrique-Alejandro De Humboldt era, en realidad, un barón rico y ávido predator de información que, con su valioso bagaje geopolítico, parte rumbo a la Unión Americana, via La Habana, un año después de haber llegado a Nueva España, inminente República Mexicana.


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AUTORRETRATO, A. De Humboldt, 1814. Tomado de la referencia (3) donde se señala que lo dibujó A.H. frente a un espejo y que el original está perdido. La imagen está chueca, señalo yo, porque así se portaría el barón, con Nueva España-México después de brindarle nuestra hospitalidad... ¡ chueco ! o lo que es lo mismo en inglés ¡ crooked !

Las “Tablas”, 1ª versión del “Ensayo Político…” (3) y este mismo, fueron documentos de máxima importancia…que permitieron a Humboldt describir la Nueva España y su comercio con el Mar del Sur por Acapulco, al detalle, así como “su superficie, agricultura, fábricas, comercio minas, rentas y grupos militares a diciembre de 1808”...La información no dejan de asombrar, como cuando señala: “El rey de España recibe anualmente de sus dominios de América unos nueve millones de pesos oro, de los cuales este reino da 2/3”, o cuando señala, “La renta total de Nueva España es casi igual a la del rey de Prusia y excede tres veces a la del rey de Suecia”. Agrega, “este reino ha producido desde 1690 hasta 1803, 1 304 070 807 pesos oro y desde la conquista mas de 1 920 000 000 causando enormes revoluciones en el estado moral y político de la Europa y destruyendo fábricas y la industria de la metrópoli…” Es decir y en otras palabras: les dimos tal riqueza que iniciaron el capitalismo improductivo, mientras se dedicaban al jolgorio, el ocio y las guerras...
¿Que consecuencias tuvo para Nueva España-México esa visita? Tuvo dos principales: la 1ª, fue benéfica e indirecta, pues en regresando a su natal Alemania, inflamado de entusiasmo y deseos renovadores del concepto de universidad alemana (por lo activo y práctico de la vida científica observada en “las regiones equinocciales”) Federico-Guillermo contribuiría, personalmente, a la quiebra de la vieja universidad medieval, primero en su país y luego en Europa, incorporando la función “investigación experimental”(4), de la que fue mecenas y apoyo político (laboratorio de Justus von Liebig en la Universidad de Giessen, 1821)). La 2ª fue directa y desastrosa…para nosotros. El odio del barón por España y todo freno cultural-ideológico al desarrollo intelectual (léase Inquisición) hizo que, por oposición, admirara ilimitadamente el culto libertario en los EUA. Al respecto escribe Ortega y Medina en su “Introducción” al “Ensayo…” referido: “Humboldt había convertido para su provecho al Colegio de Minería y se dio a la tarea de levantar y delinear mapas y cartas del país, así como copiar y extractar de los archivos, importantísimos documentos públicos, entre los cuales no fueron pocos los de carácter muy reservado…” Con los documentos –hoy diríamos estratégicos- apresuróse después Don Guillermo-Alejandro para ir a charlar con su amigo y presidente de la Unión Americana Thomas Jefferson, en Washington. Entusiastas, examinaron mapas y croquis (¡algunos inéditos!) de territorios sub-ocupados al norte de la Nueva España-México, los que, sin límites precisos con la Lousiana recientemente comprada por los EUA a Francia, se extendían hasta California… El asunto encajaba perfectamente con la idea jeffersoniana de expansión hacia el “far west” de sus trece colonias originales; era una gran reserva de recursos y grandes espacios para inmigración futura que reclamaba su proyecto de nación.Por cierto que este prototipo de los "founding fathers" de la Unión Americana, "antiesclavista" poseía 100 esclavos y con alguna de las bellas procreó algunso hijos ¡Nacía la doble moral yanqui! No es de extrañar también que, mientras Jefferson financiaba con cargo al erario, a su secretario Mr. Lewis, su amigo Clark y treinta personas mas, para lanzarse por territorio inexplorado hasta los límites del Océano Pacífico, por el norte, Humboldt permitía que el secretario del Tesoro yanqui Albert Gallatin, copiara planos y mapas al detalle. Estos probaron ser igualmente útiles para la siguiente expedición, de Zebulon Pike por el centro-oeste, ya merodeando las fronteras con Nueva España.



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Albert Gallatin, suizo de nacimiento, en un cuadro de época existente en el Independence National Historical Park Collection


En estos tiempos de interesante ciber-información accesible, nomás entre a www2.ku.edu/mxkade/Humboldt/main.htm y teclée “Alexander von Humboldt in Washington (1804)”-en inglés, no en español- en el buscador Google, para que vea Ud. como fue recibido Humboldt en los EUA cuando iba cargado de datos que se llevó de acá…No es de extrañar, entonces, que pocos años después abundaran los folletos, manuales y guías diversas, promoviendo desplazamientos hacia el “Far West” –nuestro norte completito- entre la población yanqui de las trece colonias originales. Llegaban ya hordas de inmigrantes europeos anhelantes de espacio…
Lamentable, triste, tonto… o lo que Ud. quiera, es que hoy como ayer, los gobiernos federal y estatales de México, sigan siendo descuidados en materia de saqueo de sus recursos e información, remisos en datos, incoherentes en estadísticas…aunque, eso sí, la deuda histórica por abuso de un país ya adulto, como los EUA, con su vecino al sur que recién nacía, no se la quita nadie. Francia ayudó siempre a la Unión Americana desde antes de nacer, pero sería Humboldt quien allanaría el camino para el gran atropello contra la República Mexicana. Al respecto es de subrayarse lo apuntado recientemente por un analista estadounidense: “Los problemas que pueda tener hoy la frontera sur yanqui, son solo un pequeño precio a pagar, considerando lo que tomó de México cuando se lanzó hacia el suroeste en 1848; se quedó con las tierras, bahías, oro, plata, cobre, petróleo, fuerza de trabajo…1/4 de lo que son hoy los EUA eran de México y es la razón por la que los EUA se volvieron una potencia mundial y el símbolo de la opulencia y esperanza…”(5) ¡¡ Pácatelas ¡! o si lo prefiere, ¡¡ Wham !!
1)Humboldt, A. G. De, Tablas Geográfico Políticas del Reino de Nueva España, ed. facsimil, UNAM, México,1993
2)De Valle-Arizpe, A., La Güera Rodriguez, ed. Porrúa, México, 1960
3)Humboldt, A.G. De, Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, ed. Porrúa (Sepan Cuantos) México,1978
4) Silverman, M., Drogas Mágicas, ed. Nacional, México 1973
5)Martínez,O.J., Ciudad Juárez: el auge de una ciudad fronteriza a partir de 1848, ed. FCE, México, 1982

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