Ciencia y Sociedad

Monday, December 18, 2006

RESPIRANDO CACA EN EL AIRE: DE KABUL HASTA LA VILLA ( * )

Fue en los años pre-internet cuando visitó a los bacteriólogos de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN cierto médico del área de Lindavista (al norte de la Cd. de México) que había observado un notorio incremento en los casos de conjuntivitis, catarro, gripe, neumonías atípicas, y hasta diarreas en los pacientes de esa parte de la ciudad, justo DESPUES del 12 de diciembre de cada año. El médico consideraba que el problema tenía que ver con la contaminación fecal del aire después de las visita anual de millones de peregrinos al Santuario de Guadalupe que, con un número absolutamente insuficiente de servicios sanitarios disponibles, defecaban y arrojaba basura en la via pública. En ese entonces no se contaba con estudios al respecto. ¿Quién habría de interesarse en ese tema tan poco elegante y ancestral?
Pasados los años y siendo el suscrito Director del Instituto Nacional de Higiene de la Secretaría de Salud pudimos emprender un estudio preliminar de monitoreo semanal (a lo largo de mas de un año) de la cantidad de microbios fecales en el aire del norte de la ciudad, que en diciembre acentuábamos a muestreo diario. Se confirmó entonces aquella sospecha del médico pues se identificó la presencia de bacterias coliformes (es decir FECALES) en cantidades que iban desde 200/m3 de aire en los meses “limpios”, previos al 12/12 (es decir con las últimas lluvias de octubre-noviembre) hasta unas 1000/m3 de aire post 12 de diciembre (cuando ya no llueve)... Si recordamos que un adulto, sano, de 16 a 36 años, masculino, respira en promedio 7.5 m3 de aire POR HORA, podemos inferir que en los días y semanas posteriores a la llegada de millones de peregrinos a La Villa las personas que viven por allá (o corriente de aire hacia el sur y este del área metropolitana) meten a sus pulmoncitos y tracto respiratorio mas de 200,000 BACTERIAS DE LA CACA, ¡cada dia! Actualmente, con 6 o más millones de peregrinos aglomerados en la Villa en solo 48 hs y contando sólo con unos cuantos servicios sanitarios, la costumbre medieval de defecar-orinar al aire libre y arrojar en la vía pública toda suerte de desperdicios alimentarios (miles de vasos atoleros de unicell y cáscaras de tamal a lo largo de las rutas de acceso) hace imprescindibles las labores de aseo inmediatamente después de la salida de los peregrinos; no recomendamos presenciar las labores de limpieza excremental, post fervor religioso, a aquéllos de estómago débil.

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Medicina Feudal
Bettmann, O.L., "A Pictorial History of Medicine", ed. Charles C. Thomas Pub., Springfield, Ill., USA, 1956.

Calculemos: si asignamos 0.5 Kg. de pipí-popó(poop para los anglohablantes) + desperdicios por día en el lugar, por cada uno de los 6 millones de visitantes a la Villa, la cantidad acumulada en sólo esos dos días, ascendería a unas 6 mil toneladas que van a dar a quién sabe donde…La incineración esta prohibida y ya no es época de lluvias; el destino final de la mefítica revoltura puede usted imaginarlo: el aire. No es de extrañar entonces que en estos días pre-navideños del 2006 haya catarrientos por todos lados en ésta ciudad; mi hijo Víctor Manuel "El xocoyote" que va en 6° año de primaria me decía hace dos días que de su grupo de 27 alumnos sólo asisten a clase sanos 7 de ellos.
Como si lo anterior no fuera poco, los cohetones (legalmente “prohibidos”) con los que celebran las iglesias de la ciudad la festividad de la Morenita del Tepeyac contribuyen a un abrupto incremento en la contaminación aerea citadina, en esos dos dias; ¿le gustan unos 20 cohetones por noche por iglesia en los dos dias de fervor religioso)? ¿Cuántas iglesias hay en al ciudad? ¿Le gustan unas 5000? Bueno, si Pitágoras no era un bromista y asignamos unos 100 g de pólvora a cada cohetón en esos dos dias se mandan al aire 20 toneladas de precursores del agresivo contaminante SO2 o bióxido de azufre…
Para dar contexto a este asunto tan escatológico, tecleé en Google el prosaico tema “Fecal Pollution in the Air” (y para nuestra sorpresa) encontramos que éste problema de salud “post 11/11”, es el mismo del que se quejan las fuerzas de ocupación imperiales en Afghanistán, toda vez que la cultura y la falta de servicios sanitarios, en Kabul y otras ciudades, hace sufrir a los invasores con las mismas consecuencias derivadas de la caca en el aire, que los sufridos habitantes de la ex-Ciudad de los Palacios en los meses post 12/12”
Está bien que el doctor Mario Molina invite a los avionzotes ultramodernos de la NASA a medir la contaminación química en el aire de la ciudad de México, como hizo recientemente, pero ¿qué no sería igualmente conveniente empezar por medir las consecuencias del fecalismo al aire libre en la Ciudad de México y alrededores y llevar la cultura del agua, el jabón y el papel sanitario pachoncito, a los TAMBIÉN 5 o 6 millones de personas (adicionales a los peregrinos) que, sin servicios sanitarios ni agua corriente rodean ese cuenco cerrado que es nuestra capital, mal llamada “Valle de México”?
Ya lo dijo alguien hace algunos años: si la caca fuera fluorescente, la ciudad de México estaría iluminada día y noche ¡sin ayuda de la Comisión Federal de Electricidad!

( * )En inglés podría darse acompañamiento musical con “Love is in the Air”... sustituyendo la palabra “love” por “poop”.

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